¿Quièn eres tù para creer que no eres nadie?




Nuestro miedo más profundo no es creer que somos
inadecuados. Nuestro miedo más profundo es saber que
somos poderosos más allá de la mesura. Es nuestra luz,
no nuestra obscuridad, lo que nos asusta.
Nos preguntamos: "¿Quién soy yo para sentirme brillante,
atractivo, talentoso, fabuloso?"
Pero en realidad: "¿Quién eres tú para no serlo ?"
Tu eres un hijo de Dios.
Tu juego a ser insignificante no sirve al mundo. No hay nada
de iluminación en hacerte menos con el fin de que otras
personas no se sientan inseguras a tu alrededor.
Todos podemos brillar, tal como lo hacen los niños.



Todos nacimos para manifestar la GLORIA DE DIOS que se
encuentra en nuestro interior. Esta gloria no está dentro
de unos cuantos, está dentro de todos nosotros.
Y cuando permitimos que nuestra propia luz brille,
inconscientemente damos la oportunidad a otras personas
para hacer lo mismo.
Conforme nos vamos liberando de nuestros miedos,
nuestra presencia libera a otros automáticamente.

por: Nelson Mandela.
líder sudafricano



Muchas veces pasamos los días murmurando,
lamentando la suerte y aceptando los fracasos.
No nos esforzamos, no levantamos la cabeza.
¡Somos hijos del Dios Todo Poderoso!
¡Somos herederos, en Cristo, del Cielo de gloria!
¡La derrota jamás nos podrá alcanzar!
¡Somos más qué vencedores!
¡Somos una joya preciosa en las manos del Padre celestial!
¡Somos la luz del mundo!
¡Somos la sal de la tierra!
¡Tenemos Cristo en el corazón!
¡Tenemos la gracia maravillosa del Señor
para vivir siempre sonriendo!
¡Somos felices a pesar de las situaciones!
No importa si tenemos mucho o poco,
tenemos el Salvador y eso quiere decir: ¡todo!

"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
(Filipenses 4:12, 13).




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